lunes, 26 de mayo de 2008

Detienen a dos jóvenes por error

R. y V. son dos jóvenes transportistas que trabajan para una empresa de la zona del Vallès de Barcelona. La madrugada del pasado 9 de mayo vivieron la peor jornada laboral de sus vidas. Agentes de los Mossos d'Esquadra los detuvieron por error al confundirlos con unos delincuentes. Los chicos aseguran que no se resistieron al arresto pero que fueron brutalmente apaleados, además de insultados y vejados. Uno tiene el pie roto y el cuerpo del otro está repleto de heridas y moratones. La Policía admite su error, pero niega que agredieran a los jóvenes. El caso está en manos de la Justicia.

Dos jóvenes estaban trabajando la madrugada del pasado día 24 transportando aves y animales de corral sacrificados con una furgoneta. Sobre las 2.30 horas, detuvieron el vehículo para comer un bocadillo en la estación de servicio del Vallès y vieron varios vehículos parados con las puertas abiertas de los que entraban y salían individuos sospechosos con cajas. Además, vieron un coche de los Mossos patrullando por la zona.

Al día siguiente, regresaron al mismo punto y volvieron a ver estos coches. De uno de ellos, salió un hombre que llevaba una pistola. Asustados, los jóvenes arrancaron la furgoneta y huyeron por la autopista. Durante el trayecto, telefonearon al 112 explicando lo que estaba ocurriendo. Cuando ya estaban en la localidad de Ripollet camino de la empresa para explicar lo ocurrido, una patrulla policial les dio el alto. Del coche bajaron dos agentes, uno de los cuales les encañonó con el arma. La pesadilla no había hecho más que empezar.

Según la denuncia que han presentado los transportistas y que se encuentra en un juzgado de Cerdanyola, mientras llegaban coches policiales al lugar en el que los habían parado, los agentes empezaron a golpearles con porras extensibles y a insultarlos. Entre efectivos uniformados y de paisano, los tumbaron en el suelo boca abajo y les siguieron golpeando. Uno de los policías saltó sobre el pie de uno de los jóvenes y se lo rompió, mientras otros mossos pisaban la cabeza de su compañero, relata la denuncia de forma escalofriante.

Este joven relata cómo vio que su compañero estaba tumbado en el suelo con las esposas puestas.Tras esta secuencia, los policías pidieron a uno de los chicos que abriera la furgoneta, a lo que respondió explicando que no se podía levantar pero que en el vehículo sólo había "un pollo de devolución".

Los jóvenes aseguran que una vez en comisaría les dijeron que estaban acusados de resistencia, daños, desobediencia y lesiones a policías sin ser atendidos por abogado alguno. Les aseguraron que al día siguiente pasarían a disposición judicial. Sin embargo, unas horas después, fueron puestos en libertad sin mayor explicación y los condujeron a la empresa, donde relataron lo ocurrido al director. Allí acordaron que debían denunciar los hechos.


Blanca de Haro López
Susana Ramos Muñoz

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