lunes, 26 de mayo de 2008

Reciente estudio sobre el tabaco


Si mañana toma la decisión de decir definitivamente adiós al tabaco y prospera en su empeño, sepa que probablemente su pareja, hermano e, incluso, algún compañero de trabajo fumadores puedan imitar sus pasos. Esta es la investigación de un grupo de estadounidenses que ha seguido el comportamiento tabáquico de más de 12.000 personas durante un periodo de 32 años.


El resultado es que fumar ha perdido popularidad y los que siguen haciéndolo están cada vez más excluidos socialmente. Pero el hallazgo más llamativo es la constatación de la poderosa influencia del entorno social a la hora de modificar los estilos de vida, un dato esperanzador para las estrategias de salud pública. La investigación demuestra que dejar el hábito es algo contagioso y que las probabilidades se multiplican si alguien del entorno más próximo ya lo ha hecho antes.

Pero lo más interesante es que los grupos de fumadores tienden a dejar el hábito en masa influidos por el comportamiento de las personas de su entorno más cercano. Cuanto mayor es el grado de proximidad, mayor es el efecto. Según han calculado los autores, si lo deja uno de los esposos, la probabilidad de que el otro haga lo propio es del 67%; si el contacto es un amigo, se reduce al 36% y si se trata de un hermano, al 25%. Los compañeros de trabajo también pueden tener peso sobre otros cuando la empresa es pequeña y la relación estrecha: un 34%. Los vecinos, en cambio, no ejercen efecto. Otro aspecto que modula el abandono es el nivel de educación. Las personas más cultas ejercen más influencia sobre otros y, a su vez, son más influenciables.



Susana Ramos Muñoz

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