domingo, 9 de diciembre de 2007

El Madrid sigue en la cima


El Madrid continua en lo más alto de la clasificación de la liga gracias, una vez más, a Ruud Van Nistelrooy, especialista en resolver situaciones difíciles para su equipo. Lo mismo que Casillas, que tuvo que intervenir en más de una ocasión del partido y el equipo madridista logró ganar en la Catedral por tercera temporada consecutiva.
Esta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, el Real Madrid se encontró con un rival mentalizado para ponerle en aprietos. El Athletic tuvo varias ocasiones claras de gol y exigió al Madrid el traje de faena, sobre todo en el arranque. El ímpetu de los bilbaínos estuvo cerca de cobrarse un premio en el minuto 8. Cannavaro se confió inexplicablemente en un balón largo y dejó a David López sólo ante Casillas, que sacó con los pies tras achicar espacios en el mano a mano. La respuesta blanca no tardó en llegar por mediación de Raúl y de Robinho, que exigieron por partida doble a Aranzubía en una misma jugada.

Baptista, cada vez más titular
Tras varias jornadas sin jugar como titular, Baptista consiguió lo que tanto perseguía: volver a ser titular. Schuster volvió a concederle la titularidad y el brasileño respondió a las exigencias por encima de muchos de sus compañeros. Además de pelear cada balón con valentía, "La Bestia" asumió el papel de Guti y cogió el timón del equipo con naturalidad para mostrar un interesante repertorio de pases que sus compañeros no supieron aprovechar.

Todo lo contrario que Sneijder, un jugador menguante que se deslizó por el partido como un juvenil en un duelo para hombres. Casillas volvió a ser protagonista antes de la media hora con una buena parada tras un remate de cabeza de Fernando Llorente, el jugador rojiblanco al que sus compañeros buscaron con insistencia con balones desde todas las partes del campo. Cannavaro, Ramos y, sobre todo, Pepe, estuvieron muy centrados en su trabajo de defensas. No así Torres, que jugó como titular en lugar de Marcelo y parecía no habérselo creído en todo el partido. Antes del descanso, Ramos probó las redes de Aranzubía pero Medina Cantalejo anuló la jugada con buen criterio por fuera de juego del sevillano.

El poder de decisión de Van Nistelrooy
La intensidad del partido se elevó en el arranque de la segunda parte. Necesitaba el Madrid de la inspiración de alguno de sus virtuosos y la encontró en un zapatazo de Van Nistelrooy, que volvió a entenderse de maravilla con Raúl. El tiro del holandés sorprendió a Aranzubía y cambió la fisonomía del encuentro. El Athletic le echó orgullo y el ambiente se caldeó mientras Medina Cantalejo intentaba que el partido no se le fuese de las manos definitivamente.

Los de Schuster rozaron la sentencia en dos ocasiones. En el 68, Koikili evitó el doblete de Van Nistelrooy cuando el holandés se disponía a empujar a las redes tras recortar a Aranzubía. La jugada la dibujó Raúl, que tocó de tacón con maestría para su mejor socio. Y en el 72, el momento Robinho. Dos bicicletas, recorte a Ocio y disparo ajustado. Tanto que el balón se estrelló en el poste y se paseó por la línea tras decidir que su destino final no eran las redes. El triunfo en la Catedral lo terminó de asegurar Casillas a un cuarto de hora para el final con una mano prodigiosa en un remate bien dirigido de Fernando Llorente.

En los minutos finales, el empuje bilbaíno no dio sus frutos ante un líder que ejerció como tal demostrando sus cualidades: solidez, carácter y eficacia probada a domicilio.



Blanca de Haro López

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